La transformación digital es la adopción estratégica de tecnologías digitales. Se utiliza para mejorar los procesos y la productividad, entregar mejores experiencias a los clientes y empleados, gestionar el riesgo empresarial y controlar los costes. La transformación digital representa innumerables herramientas, soluciones y procesos. Una estrategia efectiva es una personalizada para cada organización única.
Para mantenerse competitivos en el panorama empresarial moderno, la transformación digital es una necesidad. Pocas organizaciones pueden superar la prueba del tiempo sin un plan para adoptar estratégicamente las tecnologías beneficiosas, como un espacio de trabajo digital.
Conservar la competitividad en un mercado global en constante cambio depende de la capacidad de una organización de adaptarse rápidamente mediante la adopción de nuevas tecnologías. IDC calcula que el gasto mundial en las tecnologías y servicios que permiten la transformación digital llegará aproximadamente a los dos trillones de dólares en 20221. Las organizaciones que adoptan la transformación digital se concentran en integrar a sus clientes en experiencias estupendas en múltiples canales. Las que no lo hagan se arriesgan a quedarse atrás.
La transformación digital tiene un papel esencial en:
Al inicio, a los proyectos de transformación digital se los veía únicamente como una iniciativa de TI. Pero ahora, la transformación digital sí es sinónimo de transformación empresarial. Es imperativo demostrarlo cuando se busca la participación de la dirección en una iniciativa de transformación digital. También es importante mostrar cómo una inversión en tecnología afectará directamente a los resultados.
La transformación digital ha obligado al departamento de TI a salir de la mentalidad de arreglar lo roto y, en su lugar, convertirse en un socio empresarial estratégico responsable de facilitar el cambio en toda la organización. Y con las experiencias de los clientes y empleados tan entrelazadas, ahora los departamentos de TI y RR. HH. comparten una responsabilidad conjunta en la transformación digital de una empresa.
Ya no se trata solo de proporcionar la tecnología más moderna. Se trata de asegurarse de que la tecnología haga el trabajo más eficiente y sustancioso, para que la empresa pueda atraer al personal que necesita, mantenerle comprometido y mejorar los resultados empresariales2.
Según un informe de Economist Intelligence Unit, casi la misma cantidad de ejecutivos de TI y RR. HH. encuestados (el 74 % por ciento y el 75 % por ciento, respectivamente) se considera responsablemente personalmente de mejorar la experiencia de los empleados. Los CIO y CHRO deben trabajar estrechamente para asegurarse de que las tecnologías implementadas apoyen por completo las necesidades del personal mientras se adhieren tanto a las políticas de RR. HH. como a las de seguridad. Esto requiere objetivos compartidos, planificar procesos, conjuntos de habilidades multidisciplinares y nuevos KPI3.
Aunque TI y RR. HH. comparten la responsabilidad de planificar e implementar las iniciativas de transformación digital y de experiencia de los empleados, es importante que tengan claro qué necesitan y desean estos. Una forma de hacerlo es realizar con regularidad encuestas o grupos de análisis de los empleados.
En todos los sectores hay historias de éxito de todas formas y tamaños sobre la transformación digital. Uno de los ejemplos más conocidos es Netflix. Blockbuster, el mayor competidor de la empresa, no estaba preparada para su nuevo rival digital. La empresa necesitó siete años para establecer su propia oferta de servicio de DVD por correo. Y mientras tanto, Netflix ya ofrecía streaming digital. La velocidad a la que Netflix pudo ofrecer nuevas soluciones digitales a sus clientes fue un ingrediente clave en el éxito duradero de la empresa.
En el espacio de tiendas minoristas, marcas nacionales como Walmart y Target han adoptado estrategias de transformación digital para ampliar su alcance en línea y competir con otro gigante de la revolución digital, Amazon. Walmart y Target pudieron aprovechar sus tiendas físicas existentes como cómodos puntos de recogida y envío para clientes que preferían comprar online. Ahora, estas marcas realizan inmensas operaciones de comercio electrónico que no solo complementan los ingresos procedentes de los compradores en tiendas físicas, sino que también amplían el alcance de la marca en áreas con menos competencia.
Hasta las instituciones educativas están transformándose digitalmente para ofrecer experiencias de aprendizaje más flexibles. La Universidad de Indiana, por ejemplo, sustituyó sus viejos laboratorios informáticos por un entorno virtualizado moderno, donde los estudiantes pueden acceder a aplicaciones educativas desde donde sea.
La transformación digital no es un proyecto con final. Es un proceso constante que debe alimentarse y evolucionar constantemente. Implementar tecnología sin fijarse en cómo encaja en el conjunto puede crear más retos que beneficios. La transformación digital debería comenzar por una visión, de la que debería surgir cualquier proyecto. Al pensar en su visión, es vital tener en cuenta los objetivos y fines empresariales y cómo puede apoyarlos una estrategia de transformación digital.
Cualquier transformación del negocio, ya sea digital o de cualquier otro tipo, tiene más probabilidades de éxito cuando la dirección está implicada. Y la dirección tiene más posibilidades de comprometerse a iniciativas que estén alineadas directamente con la estrategia empresarial. Al proponer cualquier proyecto nuevo, es importante demostrar cómo apoya el negocio y afectará a los resultados. Asegurada la participación de la dirección, se puede evitar cualquier problema de presupuesto que afecte al proyecto.
Aunque en el pasado, el departamento de TI era el único responsable de la transformación digital, ese ya no es el caso. Se ha convertido en un esfuerzo multidisciplinar de toda la organización; y, como tal, tienen que involucrarse tanto líderes como empleados.
Cuando los directivos implementan una nueva tecnología sin implicar a las personas que realmente utilizan la solución en el día a día, se arriesgan a invertir en una herramienta que no satisface las necesidades de la empresa. Los directivos necesitan tener información sobre las experiencias del usuario final para garantizar que la solución es adecuada y no introduce nuevos retos.
Durante las fases tempranas de una nueva inversión, los encargados de la toma de decisiones deberían preguntar a los empleados sobre su experiencia con el sistema actual y obtener información sobre cómo podría mejorarse el proceso. A continuación, durante la implementación de la nueva solución, los participantes deberían continuar solicitando las opiniones de las personas que utilizan de forma activa la tecnología. Con el tiempo, la información obtenida a partir de estas opiniones ayudará a transformaciones adicionales, contribuyendo a un ciclo de mejora continua.
Código
1IDC 2HRO Today 3Economist Intelligence Unit
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